lunes, 14 de mayo de 2012

Los poemas de mi niñez




Hoy viene muy bien este otro poema de Héctor Gagliardi titulado "La maestra". Como un pequeño tributo a todas aquellas maestras -y maestros también, pues que caray- que han dejado huella en nuestras vidas.
El poema está escrito tal como lo recuerdo, declamado en el disco titulado "Reliquias de San Juan" por Alcides Dorado.

"El objetivo de enseñar a un niño es hacerlo capaz de desempeñarse sin la ayuda del maestro"

La Maestra

Héctor Gagliardi La Maestra
Héctor Gagliardi    

Tan buena como mi madre
y como ella nerviosa,
de las que agrandan las cosas
y que de nada se quejan;

Tenía entre ceja y ceja
esa cuestión del aseo
y en lo mejor del recreo
revisaba las orejas.

Decía que un pajarito
al oído le nombraba
los niños que conversaban
cuando salía un ratito.

Y si un grandote de quinto
armaba la tremolina...
¡parecía una gallina
cuando tiene los pollitos!


Nos tomaba la lección
siempre por orden de lista
y obligaba con la vista
a seguir la explicación.

Yo era medio remolón
porque hablaba por la “G”
y cien veces me chasquié
al preguntar de a traición.



Se pasaba todo el día
prometiendo malas notas
y en lugar de la pelota…
¡que estudiaran geometría!

Era mujer... ¿que sabia
de un golazo de boleo...?
por eso es que en el recreo
los muchachos se reían....

Pero un vez se enfermó
y mandaron la suplente…
que enseñaba diferente,
¡y hasta de “usted” nos trató!

Y nosotros ...¡qué sé yo!...
sería mejor maestra,
pero fieles a la nuestra
¡declaramos el boicot!

Y cuando vino al grado
después de la enfermedad
por poco la desmayamos
con los gritos que le damos.

Y cuando vio tantas manos
que la querían tocar…..
de floja se echó a llorar...
¡…..y nosotros la imitamos!



Ah! Pobre maestra mía!
¿cómo estarás de vieja...?
revisáme las orejas
soy un niño todavía.

No sabés con que alegría
quisiera volverte a ver:
….no me vas a conocer….
pero entonces te diría:

Yo ocupaba el tercer banco
al lado de la ventana
el que abría las persianas
cuando el sol no daba tanto

El que se ahogaba en llanto
el día en que te dejó
el que nunca te olvidó...
¡y es por eso que te canto!

Vos sos la dulce canción
de aquella edad que se fue,
…y hoy he venido otra vez
para darte la lección:

Preguntáme de a traición
maestra del cuarto grado
que cuanto me has enseñado….
¡lo llevo en el corazón....!


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