Aunque hoy es sábado y el Día del Padre es mañana domingo, aprovecho la ocasión para colocar otro más de los poemas de Héctor Gagliardi "El Triste".
Me parece que éste se lo escuché a Paco Stanley en alguna ocasión. Quienes tuvieron la fortuna de escuchar el disco Reliquias de San Juan, recordarán -probablemente- que el declamador puertorriqueño (del que no tengo idea del nombre, a ver si me pueden ayudar), recitaba todos los poemas con ese "cantadito" propio de los boricuas. Un "sabor" muy especial, fuera de las normas de formalidad y tono bajo de voz que le imprimía Stanley, pero que no le quitaba de ninguna forma la emotividad a los textos.
Como advertí en ocasiones anteriores, el texto es como lo recuerdo; quizá no muy apegado al original. Y he acentuado (malamente) algunas palabras porque esa es la entonación que recuerdo. En fin,de cualquier modo...
¡Felicidades papás!
Padre
Mi negra… ¿Te puedo hablar?
ya los chicos se han dormido
Así es que, dejá el tejido
ya los chicos se han dormido
Así es que, dejá el tejido
que después te equivocás.
Hoy te quiero preguntar:
¿Por qué motivo las madres
¿Por qué motivo las madres
amenazan a sus hijos
Con ese estribillo fijo de:
Con ese estribillo fijo de:
"¡Ah, cuando venga tu padre!"?
Y con tu padre de aquí
y con tu padre de allá…
Resulta de que al final
al verme llegar a mí
lo ven entrar a Caín
lo ven entrar a Caín
y escapan por todos lados.
Y yo, que vengo cansado
de trabajar todo el día
recibo por bienvenida
recibo por bienvenida
una lista de acusados.
Vos comenzás con tus quejas
y yo tengo que enojarme
como lo hacía mi padre
como lo hacía mi padre
al escuchar a la vieja.
Entraba a fruncir la ceja
apoyando a ese fiscal,
que en medio del temporal
que en medio del temporal
se erigía en defensor.
Lo mismo que vos ahora
Lo mismo que vos ahora
que siempre me dejás mal.
Si los perdono, ¡que ejemplo!
¡así es como los educo!
Si los castigo, ¡sos bruto!
¡no tenés sentimiento!
Y yo, que llegué contento,
no tengo más remedio
que poner cara de serio
y escuchar tu letanía.
y escuchar tu letanía.
¡A mí, que me paso el día
pensando en jugar con ellos!
pensando en jugar con ellos!
Yo sueño en llegar a casa
y olvidarme felizmente
del trabajo... de la gente
y de todo lo que pasa.
Los hijos… son la esperanza
y el porqué de nuestras vidas.
y el porqué de nuestras vidas.
Por eso nunca les digas:
"¡Ah, cuando venga tu padre!"
No quiero encontrar culpables...
¡quiero encontrar alegría!
¡quiero encontrar alegría!
Que no me pongás de escudo
como lo hacía mi madre
...que consiguió que a mi padre
...que consiguió que a mi padre
lo imaginara un verdugo.
El llegaba... y te lo juro
que se acababan las risas.
Y en lugar de una sonrisa
o hablarle como a un amigo
lo miraba compungido
lo miraba compungido
presintiendo una paliza.
Y el pobre que me entendía,
sacudiendo la cabeza
escuchaba con tristeza
escuchaba con tristeza
lo que mi madre decía
¡Y que él de sobra sabía!:
¡Y que él de sobra sabía!:
"Que con éste no se puede,
que me pinta las paredes,
que la calle, la pelota
que trajo las suelas rotas,
¡me saca canas verdes!"
¡me saca canas verdes!"
¡A la cama y sin cenar!
Aburrido me ordenaba,
mi madre me consolaba,
mi madre me consolaba,
y yo lo culpaba a él.
¡A él! , que había llegado recién
de trabajar, tan cansado
y yo ya lo había amargado
con todas mis travesuras.
Yo era una criatura,
¡pero nunca lo he olvidado!
Los hijos nunca analizan
el sentimiento del padre
porque el brillo de la madre
porque el brillo de la madre
es tan grande que lo eclipsa.
Sólo le hacemos justicia
a su íntimo sentir
cuando nos toca vivir
a nosotros su problema.
a nosotros su problema.
Ahh, si mi padre supiera
¡que recién lo comprendí!
¿Y por qué nunca me dijo
lo mucho que me quería?
Si hoy sé cuanto sufría
Si hoy sé cuanto sufría
al ver enfermo a su hijo.
Porque me miraba fijo
el primer pantalón largo…
Y sé que me habrá besado
Y sé que me habrá besado
cuando ya estaba dormido.
Hoy que todo lo comprendo
¿Por qué no estás a mi lado?
¿Por qué no estarás ahora?
¿Por qué no estás a mi lado?
¿Por qué no estarás ahora?
para besarte bien fuerte
¡Viejo lindo!
Y ofrecerte mi cariño
¡Viejo lindo!
Y ofrecerte mi cariño
a toda hora.
Ves a tu hijo que llora,
¡pero llora con razón!
porque te pide perdón
porque te pide perdón
pensando en aquellos días
en que ciego no veía
en que ciego no veía
¡que eras todo corazón!
Dejáme negra que llore,
¡es tan lindo desahogarse…!
En fin, vamos a ver que hacen
nuestros futuros señores.
¡Mira esos pantalones!...
Tapála un poco a la nena.
Tapála un poco a la nena.
Si, si ya sé.... no me lo digas
¡Hoy se fué a la calle sola!…
Acostáte rezongona,
¡mañana será otro día.!
cuando era joven y escuche este poema no comprendía el mensaje hoy que tengo a mi esposa e hijos me veo reflejado en ese poema y trato de no enojarme para ser feliz con mis hijos y entender a mi esposa
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